viernes, 20 de junio de 2014

Reflexiones de una era que apenas comienza


Reflexiones de una era que apenas comienza
La Era Digital
Al hablar de Arte resulta ya en la mente una o varias ideas que mezcladas con imágenes de distintos lenguajes artísticos denotan una vista clásica y un tanto conservadora. A pesar de que en la actualidad el arte contemporáneo cuanta con dispositivos artísticos distintos a los utilizados desde antes de la posmodernidad  resulta interesante como la obra va cambiando y emerge con nuevas diferenciaciones que resuelven las necesidades discursivas de los nuevos artistas o colectivos.
Sin embargo un giro enorme es el que casi a la par del arte posmoderno y contemporáneo ha surgido un mundo totalmente distinto al del mundo del arte ya conocido, pero que se mantiene vinculado: el arte digital.
El arte digital progresivamente se ha enriquecido constantemente con las demás disciplinas artísticas pero más aun de la ciencia, pues es ella quien con su evolución ha aportado las bases para crear un mundo alterno (como también lo llama Vilém Flusser en “La Apariencia Digital”) que no se podría medir bajo los mismos parámetros que al mundo del arte material.
Aunque al parecer el arte digital tiene una especial unión con la Intervención artística los límites en que se sostiene son básicamente flexibles y nada parecidos a los límites del arte convencional. 
En este caso el artista es el generador de ideas, también el ingeniero, programador y operador entre otras funciones, es decir, el arte digital se encuentra en un estado en el que puede ser desarrollado por múltiples personas con funciones distintas o por una sola persona que compense todas las herramientas necesarias para lograr el objetivo que desea, tal como lo menciona Arlindo Machado.*
Ya en los años noventa el mismo Edmond Couchot hacía referencia a los dispositivos digitales como una caja negra llena de misterios o actualmente ¿Sería la caja de pandora? en donde se conoce una de las funciones (de la cámara, sintetizador, etc.) pero el mismo desconocimiento infinito que se tiene frente a aquella caja negra son aquellas infinitas vertientes que se pueden explotar para una nueva posibilidad artística.
Es así como en esta época se vislumbra ya un cambio en lo mecánico y físico por lo científico e intangible, cambiando de botones a programaciones, de herramientas materiales a operaciones matemáticas y algoritmos físicos infinitos, que a diferencia de Flusser, yo creo en su infinidad, mínimo hasta este momento en donde la tecnología, ciencia y digitalización continua abarcando más espacios y funciones sin hallar hasta ahora un tope.
Las posibilidades de acción entre ciencia y arte en el plano del mundo digital son infinitas, de alguna base científica se puede abordar cada tema en lo digital, cada subtema y hacer creaciones programadas, robóticas, de diseño, de función, de discurso, entre otras particularidades más.
Así pues el arte ha sido influenciado por la ciencia y ha pasado también a ser un método, aspecto que comúnmente no sería para el arte, aunque parezcan enemigos podrían unirse y lograr grandes cosas.
Casualmente estamos en un momento histórico en donde sin darnos cuenta hemos dejado de concebir las cosas como eran naturalmente, por ejemplo el carácter visual. Siendo naturalmente visible lo material, lo que nuestros sentidos detectaban como real, actualmente el arte digital se ha encargado de cambiar ese paradigma pues ahora lo encontramos visualmente no es necesariamente real o tangible, puede existir físicamente o no y la digitación se ha encargado de evolucionarnos sin darnos cuenta, captando imágenes, videos, formas, líneas, ondas, etc. Que aun que las vemos no pertenecen al mundo material.
Construcción social es lo que se logra con la unión de estos grandes mundos, el científico y el artístico, partiendo de acontecimientos sociales,  para rechazarlos, aceptarlos o adoptarlos.
Un vértice de la era digital proviene desde la revolución industrial, desde las bases del arte cercanas a las maquinas, la tecno-visión como estandarte de la unión técnica y visual, la separación del cuerpo con la idea por el telégrafo, separación de la voz con el cuerpo por el teléfono, entre otros nuevos métodos que nos acercan o separan de otros.
Ante estas separaciones y fusiones uno de los caminos comunes basados en mejorar las competencias de los artistas digitales es por ejemplo –como lo menciona Arlindo Machado en “Repasando a Flusser”- el trabajo en asociación, disponer y explotar las habilidades de cada individuo participante de la obra, con el fin de lograr mayor calidad, empuje y dar forma a talentos diferenciados.
 Para lo anterior se puede observar el carácter de cambios emergentes en lo que comúnmente era natural y que actualmente se fusiona con lo irreal, o más bien, con lo no tangible. Podría analizarse la situación de la fotografía, que buscan un carácter poético o de representación de estados de ánimo o también de la representación exacta de una copia fiel a la real. Lo digital continua apoderándose de cualquier idea que se quiera plasmar, como lo menciona Bazin en “Ontología de la imagen fotográfica”.
Nekane Parejo Jiménez habla concretamente de esta situación evolutiva de las artes, en donde aborda el salto de lo documental a lo digital en el aspecto fotográfico, en donde se analiza ese cambio histórico y donde se objetivan las divergencias y similitudes y cuál de las dos expresiones alteran más la noción de la imagen real.
Ante esto ¿Qué queda? ¿En dónde estamos parados? los destellos surgen después de la radio, ondas y sus sonidos; las imágenes de la televisión con su información e ideas; el cine, historias  y la narrativa irreal; el arte del video, la captación de imágenes de propia mano, la narrativa descrita por nosotros mismos y las políticas nunca aplicadas a lo digital demuestra el monstro al que nos estamos adentrando, la total irreverencia a falta de cadenas y la total libertad.
José Luis Brea en “la era postmedia” habla de esta libertad en los medios digitales pero también de esta evolución fluida y en continuo avance, al punto de no encontrar una línea clara entre el creador y el consumidor, el punto intermedio entre recibir algo y con esto provocar una segunda reacción creativa pero que al mismo tiempo evanece y llega a dejar obsoleta la creación anterior, una bestia devoradora y evolutiva.
La evolución de la que hablamos y de la que actualmente se conforma en la multidisiplinariedad de los colectivos está fuertemente arraigándose, un claro ejemplo es el colectivo multidisciplinario COCOLAB quienes realizar proyectos artísticos y culturales de entretenimiento basados en la tecnología, opera con un equipo de especialistas en diversos campos de las artes digitales y escénicas.
Dicho grupo de artistas comparte las ideas antes mencionadas sobre el arte y la ciencia juntos, pues a partir de la tecnología y características culturales o artísticas con o sin fin específico manifiesta en sus obras la dualidad antes dicha.

Los proyectos van de lo espectacular hasta lo sublime y creativo, manteniendo siempre un discurso cultural en el cual muestra características de un pueblo o de una región, de una etnia o de la nación; trabaja a partir de sonidos, luces, proyecciones, trabajos escénicos, videos, programaciones, hasta la conformación creativa y operaria de los dispositivos tecnológicos llevando siempre al limite los sentidos del espectador
Su obra afianza ideales ecológicos o históricos, entretenimiento o concientización social que con sus métodos visuales, auditivos y kinestésicos conforman un nuevo y múltiple lenguaje que es gancho de atención, provocando un encuentro estético en quien ve su obra.
Dentro de los paramentos de la era digital vemos en este colectivo ese trabajo artístico y científico, de estudio y de creación donde retoma aspectos del pasado y los fusiona con lo contemporáneo.


Así es como en la nueva era que vivimos se manifiesta el arte, un nuevo mundo que sin desplazar por completo lo clásico si experimenta sobre nuevos soportes, manifestando al igual que su sociedad la continua trasformación  y la desesperada necesidad cambiante de reflejarse en múltiples compuestos que expresen diversas ideas en disciplinas unidas o separadas. Eso sí el arte digital aún no se ha explotado del todo, permanece creciendo y en evolución, así como la sociedad, sigue buscando nuevos métodos de encuentro.

Lic. Angel Sánchez Carrillo

1 comentario:

  1. Estimado Ángel, me alegro que hasya iniciado en la reflexión sobre el arte en la era digital, labor difícil desde la contemporaneidad. Hay ideas muy bien desarrollados, otras sólo mencionadas, con respecto a tu caso, el colectivo COCOLAB, me parece muy pertinente para dialogar sobre virtualidad, especificidad y estérica del arte digital mexicano. ¿No notas mucho derroche en la obra de COCOLAB? Un gran abrazo y en horabuena!

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